Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Sevilla han registrado más de 30 especies diferentes de poliquetos viviendo en los puertos deportivos españoles. La información que aportan podría resultar útil como herramienta de gestión ambiental.
En el último siglo, las rachas de temperaturas altas se han hecho más largas y frecuentes en los océanos a consecuencia del cambio climático. Un equipo internacional de científicos, con participación del Centro Nacional de Supercomputación (BSC–CNS), ha cuantificado por primera vez la magnitud de este fenómeno, que diezma las especias acuáticas y altera sus ecosistemas.
Un estudio que se publica hoy en la revista Nature Climate Change confirma que los ecosistemas terrestres han incrementado su capacidad de absorber CO2 a escala global en los últimos 20 años. Además, remarca la necesidad de proteger los bosques tropicales, pues son los que más han aumentado su secuestro últimamente.
La gestión forestal se ha centrado hasta ahora en maximizar únicamente algunos beneficios que aportan los bosques. Un equipo de científicos ha analizado la mejor manera de gestionar un bosque para que este ofrezca el mayor número de servicios. Los resultados revelan que los bosques diversos y maduros son generalmente los mejores.
De los casi 149 millones de kilómetros cuadrados que ocupa la superficie terrestre, 38 son propiedad de pueblos indígenas, lo que supone un 28,9% de su extensión. Estos territorios incluyen, además, el 40% de las áreas naturales de la Tierra. Un equipo internacional de científicos subraya la importancia de aliarse con estos grupos culturales para conservar algunos ecosistemas.
A través de un dispositivo GPS, un equipo de investigadores ha seguido los pasos de diferentes especies de mamíferos, a escala global, en paisajes modificados por los humanos. Tras dos meses de rastreo por animal, sus resultados indican que cuando los entornos están modificados los mamíferos suelen recorrer distancias dos o tres veces más cortas que en su hábitat natural. Este hecho tiene consecuencias en la conservación de los ecosistemas y en las redes alimentarias.
Alimentos abundantes, agua limpia y el aire saludable se encuentran entre los beneficios más valiosos y visibles que la naturaleza brinda a la gente. Esto ha reforzado la creencia generalizada, pero a su vez controvertida, de que la naturaleza es principalmente una fuente de servicios. Unai Pascual, investigador del Basque Centre for Climate Change, lidera la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas de las Naciones Unidas que acaba de publicar un artículo en la revista Science sobre cómo evaluar y utilizar las contribuciones de la naturaleza para la gente en su totalidad.
Investigadores de las universidades de Huelva y Oviedo han analizado el comportamiento natural del ecosistema costero tras un derrame de fuel y su capacidad para eliminar cualquier foco contaminante. Los resultados ayudarán a establecer protocolos de actuación ante vertidos de combustible en el litoral, como los que ocasionó el Prestige.
¿Qué cambia cuando se calienta el océano Antártico solo un grado? Según los científicos de la Prospección Antártica Británica y el Smithsonian Environmental Research Center, que han realizado un experimento en esas aguas, el impacto es masivo en el océano.