Un año después del dramático episodio de eutrofización que tiñó las aguas del Mar Menor de un verde intenso e hizo evidente el deterioro de la laguna salada, multitud de científicos de diversos campos trabajan para hallar las soluciones para su recuperación. El frágil ecosistema lagunar se sostiene sobre la cuerda floja y, aunque sus aguas lucen menos turbias que el verano pasado, los expertos no descartan un nuevo proceso de proliferación de fitoplancton.
Del millón de ñus que intenta cruzar cada año el río Mara entre Kenia y Tanzania, más de 6.000 mueren antes de alcanzar la otra orilla, el equivalente a 1.100 toneladas de biomasa. Según revela un nuevo estudio, los cadáveres de estos animales ahogados constituyen la principal fuente de alimento para el resto de especies que habita la cuenca del río, sobre todo para los peces, los principales beneficiarios.
Los ecosistemas acuáticos cercanos a zonas densamente pobladas de todo el mundo presentan valores muy altos de fósforo y descompensados entre nitrógeno y fósforo. Esto altera el funcionamiento de los ecosistemas, dificulta la conservación y reduce la calidad del agua, según un estudio en el que ha colaborado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
Un estudio internacional con participación española valora la biodiversidad de los bosques en una cantidad entre 166.000 y 490.000 millones de dólares por año, cifra que multiplica por cinco el precio de conservarlos. Los científicos analizaron 777.126 parcelas de muestreo con 30 millones de árboles de 8.737 especies en 44 países de todo el mundo.
Investigadores del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas de la Universitat de València y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han propuesto un cambio en la manera de llevar a cabo los estudios sobre la composición microbiana de muestras biológicas mediante secuenciación masiva. El artículo plantea que los datos masivos se tienen que integrar con criterios de cultivo microbiano innovadores, e interpretarse desde el punto de vista ecológico.
Los peces gambusia (Gambusia holbrooki), también conocidos como peces mosquito, son una de las 100 especies más invasoras del mundo. Para entender su expansión por Europa desde España, donde se introdujo en los años 20, un grupo de investigadores españoles ha analizado por primera vez los cambios evolutivos de estos animales a través de sus genes. Según el estudio, la variabilidad genética les ha permitido adaptarse y expandirse por su nuevo entorno.
El análisis de 897 ejemplares de diversas especies de animales confirma con datos contrastados la creencia popular de que el pez grande se come al chico. El estudio de la Universidad de Oviedo, publicado en la revista Ecology, concluye que en el gran valle submarino asturiano los depredadores pesan entre 1.000 y 4.000 veces más que sus presas.
Un equipo de investigadores, que cuenta con la participación de la Universidad de Alcalá, ha analizado las diferentes reglas que siguen los árboles en los bosques para establecer la competencia entre unos y otros. Según el estudio publicado en Nature, existen tres criterios funcionales: la densidad de la madera del tronco de los árboles, la altura máxima que consiguen y la relación entre el peso y el grosor de las hojas, que sirven para medir la capacidad competitiva de unos árboles frente a otros.
Un estudio de la Universitat de València ha demostrado que las placas solares fotovoltaicas, más allá de un elemento físico que acumula microorganismos del aire o del polvo, también pueden alojar comunidades microbianas ricas, activas y adaptadas, con una gran variedad de bacterias y hongos. El Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva ha constatado la alta resistencia de algunas bacterias y su capacidad de adaptarse y colonizar entornos extremos.
La alta montaña mediterránea atesora una gran biodiversidad de plantas pero su persistencia está seriamente amenazada por el cambio climático. Al estudiar las interacciones de la vida vegetal, un equipo de la Universidad de Valladolid ha descubierto, a partir del estudio de los anillos de crecimiento de los árboles, que la sabina rastrera (Juniperus sabina L.) favorece el crecimiento de otras plantas de muy diversas formas y a distintos niveles. El trabajo aporta información de gran interés para la conservación de este ecosistema.