El robot Philae ha consumido sus baterias y ha entrado en un estado de hibernación por la falta de iluminación solar en el desconocido lugar donde se encuentra, pero justo antes ha logrado transmitir la información científica que han recogido sus instrumentos sobre el cometa 67P/CG. De ahora en adelante no será posible ningún contacto, a menos que llegue a sus paneles solares luz suficiente como para despertarlo.
Entre estas dos instantáneas captadas por Rosetta se observa como aparece una mancha oscura, que los científicos relacionan con la nube de polvo que originó el primer aterrizaje del robot Philae, que también aparece con su sombra sobre el cometa. / ESA
Matt Taylor es el respconocido por sus tatuajes. Este año se ha hecho uno en la pierna con el dibujo de Rosetta y el módulo de aterrizaje Philae posado sobre el cometa 67P/CG.
Cuando este miércoles el módulo Philae de la misión Rosetta se posó sobre el cometa 67P/CG, no lo hizo de golpe, sino rebotando dos veces muy lentamente por la débil gravedad. Entre el primer aterrizaje y el segundo transcurrieron casi dos horas. Después, unos minutos más tarde, la nave quedó en el lugar donde se encuentra ahora. Aunque no se dispararan sus arpones, un problema que propició los rebotes, parece que Philae y sus instrumentos funcionan correctamente.
Montaje de dos fotos tomadas por el instrumento CIVA de Philae tras aterrizar en el cometa. / ESA
Imagen del cometa 67P/CG tomada por el instrumento ROLIS de Philae mientras bajaba. / ESA
La sonda Rosetta ha retransmitido a la Tierra las imágenes que su módulo de aterrizaje Philae captó este miércoles mientras bajaba al cometa 67P/CG. El descenso duró siete horas y culminó con éxito, aunque los científicos de la Agencia Espacial Europea estudian ahora las consecuencias de que no se dispararan los arpones de anclaje de la nave.
España entró en la carrera espacial gracias al INTASAT. / SINC
La Agencia Espacial Europea ha confirmado que el 'aterrizador' Philae, que esta mañana se ha desprendido de la sonda Rosetta, se ha posado con éxito en la superficie del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko. Es la primera vez que se consigue colocar una nave sobre un objeto de este tipo. El único problema detectado hasta ahora es que los arpones de sujeción del robot no se han disparado.