Casi la mitad de los hombres y hasta el 10% de las mujeres sufre alopecia androgenética a lo largo de su vida. Aunque los remedios con evidencia científica se han multiplicado en los últimos años, los timos campan a sus anchas: carboxiterapia, ozonoterapia, bótox capilar, champús crecepelo o masajes revitalizadores del cabello solo sirven para tirar el dinero.
Un proyecto de investigación en Biomediciona, realizado bajo la dirección de Julio Prieto, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Valladolid, ha descubierto que la administración de anastésicos locales aumenta la degradación del hiarulónico.