Un proyecto de investigación en Biomediciona, realizado bajo la dirección de Julio Prieto, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Valladolid, ha descubierto que la administración de anastésicos locales aumenta la degradación del hiarulónico.
Suele ocurrir en algunas consultas de traumatología. Un paciente con artrosis de las rodillas requiere de una infiltración intraarticular de ácido hialurónico con el fin de disminuir su sintomatología. Para no sufrir dolor, el especialista le aplica un anestésico local. Sin embargo, este acto puede ser contraproducente. Esa inyección del hialurónico, un polisacárido utilizado en la viscosuplementación de articulaciones, esto es, como una especie de lubricante para las rodillas en casos de artrosis, puede verse afectada por la acción del anestésico en ocasiones.
El hallazgo de estas interacciones negativas forma parte de un estudio comparativo del efectos de dichos anestésicos sobre distintos ácidos hialurónicos comerciales, El equipo, formado por científicos del área de Fisiología del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de León y pertenecientes al Instituto de Biomedicina y por personal del servicio de Traumatología del Complejo Asistencial de León, presentará sus últimos avances en el quincuagésimo quinto Congreso Anual de la Orthopaedic Reseach Society, que se celebrará en Las Vegas (Estados Unidos) en febrero. La parte médica cuenta con la colaboración de Jaime Sánchez Lázaro.
El trabajo parte de la colaboración entre el departamento universitario y el servicio médico, unas sinergias originadas hace ya cinco años y que han producido además la realización de tesis doctorales y otros proyectos de investigación conjuntos. En él, se analizó la efectividad del ácido hialurónico administrado en el hospital público en diversos pacientes aquejados de artrosis, la enfermedad reumática más frecuente.
Administración y orígenes
El ácido hialurónico está presente en los diferentes tejidos, jugando un importante papel en la movilidad articular y en la homeostasis articular. Además, desempeña una importante función como fármaco en enfermedades en las articulaciones humanas y animales. En la artrosis, por ejemplo, es utilizado en los primeros estadíos de la enfermedad. La pauta de administración intraarticular de este polisacárido puede ser única (como se procede en la actualidad en el Complejo Asistencial de León) o repetititva de tres o cinco semanas en función del tipo de hialurónico comercial a utilizar.
Dos son las formas de obtener ácido hialurónico en la actualidad. Una es química, a través de biofermentación. Otra es a partir de sus extracción de cartílagos animales como las crestas de los gallos. En los últimos años, este polisacárido se utiliza también en tratamientos estéticos como los de antiedad.