Astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) han tomado la mejor fotografía captada hasta ahora de una hipergigante amarilla, uno de los tipos de estrellas más raros del universo. La estrella, denominada oficialmente IRAS 17163-3907, está rodeada de enormes envoltorios de gas que asemejan una colosal yema de huevo rodeada por la clara. Los investigadores han bautizado al conjunto como “la nebulosa del huevo frito”.
Las grandes estrellas emiten 'sonidos' similares a los del Sol, como una olla en ebullición. El hallazgo, observado en una estrella del tipo Delta-Scuti, aporta nuevos datos sobre la estructura estelar.
Dos grupos de investigadores, liderados por la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU), han observado por primera vez qué ocurre en los primeros instantes en los que un agujero negro absorbe a una estrella. Lo sorprendente de este hallazgo es que brinda una oportunidad única de estudiar cómo brilla el chorro relativista de materia que se emite en los inicios del fenómeno.
Una investigación internacional, liderada por el Imperial London College (Reino Unido) y en la que participa el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), ha observado el quásar más lejano y brillante en el infrarrojo, denominado ULAS J1120+0641. Su luz ha tardado en llegar a la Tierra 12,9 mil millones de años.
Recreación artística del quásar observado.
Esta nueva imagen revela una gran nebulosa alrededor de la estrella súper gigante. La imagen del VLT muestra la nebulosa circundante, mucho más grande que la estrella misma, extendiéndose 60 mil millones de kilómetros desde de la superficie de la estrella, lo que equivale a unas 400 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Recreación de la estrella cuando empieza a ser absorbida por el agujero negro.
El satélite de la NASA Swift detectó el pasado 28 de marzo una inusual emisión de rayos gamma: Sw 1644+57. Ahora, dos equipos de científicos, algunos españoles, plantean en Science que esta explosión pudo tener su origen cuando un agujero negro gigantesco se ‘tragó’ a una estrella del tamaño del Sol.
Un estudio internacional, publicado en la revista Nature, revela que los rayos-X son la fuente de energía responsable del aumento del brillo observado en la supernova más cercana y brillante de la Vía Láctea, la SN 1987A, desde 2001.
El planeta gigante en tránsito ('Júpiter caliente') orbita muy cerca de la estrella y en una dirección opuesta a la rotación de ésta. Su movimiento es fruto de las perturbaciones gravitacionales de otro planeta más lejano (situado en el extremo superior izquierdo de la imagen).