Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) han encontrado evidencias que apoyan el origen único de la vida gracias a una aproximación computacional de la evolución de las proteínas. El trabajo, publicado en la revista Nature, revela que la evolución de las proteínas todavía no ha llegado a su límite y sigue en expansión. A su vez, aporta mucha información sobre por qué esta evolución es tan lenta y conservadora mostrando que la estructura de las proteínas es más plástica de lo que se creía.