El número de posibles dianas terapéuticas que hay en la superficie de las proteínas humanas es mucho mayor de lo que se creía, según un estudio del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Los autores han logrado trazar el primer mapa de estas dianas tan difíciles de encontrar, conocidas como sitios alostéricos.
Los efectos secundarios de la quimioterapia la sitúan lejos del tratamiento ideal. Científicos españoles trabajan para optimizar su eficacia, usando nanopartículas de oro como vehículos para administrar los fármacos solo donde se necesita. En concreto, han usado la combinación de dos fármacos simultáneamente que ha dado buenos resultados en la reducción de células de cáncer de mama.