Los materiales bidimensionales son buenos candidatos para revolucionar el mundo de la electrónica hacia dispositivos transparentes y flexibles. Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y el IMDEA han desarrollado un método muy sencillo para sintetizar trióxido de molibdeno, un material 2D flexible y transparente, a escala de centímetros y emplearlo en sensores de radiación ultravioleta y fotodetectores autoalimentados.
Un estudio internacional permite predecir cómo interacciona un líquido con un material a partir de seis parámetros. Por un lado, el estudio sugiere una explicación a la evolución de fibras naturales, como las de las plumas de las aves y, por otro, promete futuras aplicaciones para mejorar los tejidos.