La tormenta que se inició en Saturno en diciembre de 2010 ha producido grandes cambios en las temperaturas, los vientos y la composición atmosférica de una gran región del planeta, e incluso algunos efectos aún perduran. Así lo revela un estudio internacional, con participación española, basado en los datos de la nave espacial Cassini y el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile.