En la actualidad, esta enfermedad se diagnostica sólo tocando los puntos de dolor, según el ACR (Colegio Americano de Reumatología), por lo que resulta fácil falsear los resultados. Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que las terapias multidisciplinares y de actividad física son una buena alternativa para paliar los síntomas relacionados con este síndrome.