Científicos de España y Sudáfrica han logrado realizar el transporte cuántico de información con la mayor dimensionalidad hasta la fecha. Una configuración inspirada en la teleportación ha permitido que la información no viaje físicamente entre las dos partes que se comunican.
Ilustración de Max Planck. / Curro Oñate
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas han logrado un enlace elemental en una red cuántica híbrida, formada por átomos fríos y un cristal con iones, y usando un fotón como portador de la información. Así han demostrado por primera vez la comunicación cuántica fotónica entre dos nodos cuánticos de naturaleza distinta y colocados en laboratorios diferentes.
Un equipo de físicos de la Universidad de Cambridge ha conseguido medir la compresión de la luz en un único fotón gracias al empleo de átomos artificiales. Aunque las bases de este método habían sido propuestas hace más de treinta años, hasta ahora se pensaba que era imposible realizar este experimento.
Cerca de 90 científicos de 14 países, entre ellos investigadores de la Universidad de Zaragoza, han presentado al Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) la propuesta para construir ahí el detector IAXO, que buscaría materia oscura mediante la detección del axión, una extensión del modelo estándard de la física. El comite científico del CERN ha recomendado elaborar su diseño técnico, un documento que podría estar listo en tres años.
Investigadores de la Universidad Tecnológica Chalmers (Suecia) han fabricado un átomo artificial superconductor que emite ondas sonoras. Estas se transmiten por un sólido y se pueden detectar con dispositivos que actúan como micrófonos. De esta forma han comprobado por primera vez que el sonido se puede usar para comunicarse con los átomos, además de demostrar que los fenómenos de física cuántica asociados a los fotones también se pueden analizar con ‘fonones’.
Investigadores del Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2) acaban de presentar un cristal optomecánico que permite localizar de manera estable fotones y sus equivalentes en vibraciones mecánicas, los fonones. El avance ayudará a estudiar mejor las propiedades óptomecánicas de la materia.
La naturaleza de la energía oscura y la producción de campos magnéticos cosmológicos podrían tener un origen común. Así lo plantean dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid en un estudio publicado en Modern Physics Letters A y que ha sido portada de la revista de divulgación New Scientist.