Científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas han descrito cómo se produce un precursor común necesario para el crecimiento y la defensa de estas plantas. Este hallazgo abre el camino para controlar la producción de este compuesto.
La duración de una flor está condicionada por los efectos del estrés fotooxidativo en el proceso de crecimiento de la planta, incluso durante la apertura de los pétalos, según un artículo publicado en la revista Plant Science. Esta investigación abre nuevos horizontes en el diseño de productos para alargar la vida de las flores con interés económico en agricultura.
La Oscilación del Atlántico Norte (NAO) es un gran fenómeno atmosférico que afecta a la meteorología de toda Europa que influye en la cantidad y en el momento en que se producen las semillas en los bosques del continente, según un nuevo estudio. Cuando la NAO favorece una primavera seca y cálida, la mayoría de bosques estudiados producen más semillas y sobre todo lo hacen más sincrónicamente.
La abeja de la miel no es la principal polinizadora de las flores del melón en la península ibérica, como ocurre en otros países. Un estudio realizado en cultivos de Ciudad Real, con participación de la Universidad Complutense de Madrid, revela que el insecto con mayor peso es una pequeña abeja silvestre, aunque polinizaron las plantas hasta 31 especies diferentes.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un método que consigue mejorar el rendimiento de los cultivos poniendo en contacto las raíces, las partes aéreas y el sustrato de la planta con un hongo del género Colletotrichum. La técnica se ha patentado y se ha licenciado a una empresa spin-off de esta universidad.
Los efectos del calentamiento global en los alimentos son poco conocidos, a pesar del interés que pueden tener. Ahora, los registros de los atributos de las manzanas recogidos desde 1970 en dos huertos de Japón revelan que cada vez son menos ácidas y firmes, y su corazón se ha hecho más acuoso.
La dieta del Australopithecus anamensis, un homínido que vivió en el este del continente africano hace más de cuatro millones de años, era muy especializada e incluía tanto alimentos típicos de ambientes abiertos (semillas, juncos, hierbas, etc.) como frutos y tubérculos. Así lo indica un estudio científico que tiene como primer autor a Fernando Estebaranz, investigador del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona.
Un estudio científico describe por primera vez la relación entre el consumo de frutos secos y un alto nivel de metabolitos de serotonina —un neurotransmisor clave en la transmisión del impulso nervioso— en pacientes con síndrome metabólico (MetS). El trabajo, publicado en la revista Journal of Proteome Research, está liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB).