Científicos españoles han demostrado que la hormona FNDC5/IRISINA, una proteína secretada por el músculo que transforma la grasa blanca en parda, es también segregada por el tejido adiposo blanco. La grasa blanca sería la responsable de los niveles elevados de irisina en casos de obesidad, en los que podría existir una resistencia a esta proteína.
La FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, es también un activador del metabolismo del tejido adiposo marrón, según una investigación dirigida por Francesc Villarroya, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Barcelona (UB), del Instituto de Biomedicina de la UB y del CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. El trabajo es portada de la revista Cell Metabolism.