El cambio climático juega, de momento, un papel secundario en el origen o agravamiento de los conflictos sociales por el agua, y la vulnerabilidad de las poblaciones responde en gran medida a causas previas a los desastres naturales, como la pobreza o la corrupción institucional. Sin embargo, los sistemas de ayuda y protección social frente a desastres naturales en las regiones del Norte del Mediterráneo se están debilitando por la crisis económica, según las conclusiones del proyecto CLICO liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona.