La fresa no es del todo lo que parece. Aunque se le considere comúnmente una fruta, en realidad es un racimo. Agrupados en una estructura carnosa llamada eterio, se distribuyen los verdaderos frutos de la planta, los aquenios. Corresponden a los pequeños puntos obscuros que sobresalen en la estructura roja de forma de peonza. Sobre la fresa suele haber unas pequeñas hojas verdes que no son comestibles. Se trata de un subproducto al que los científicos y tecnólogos de los alimentos tratan de darle valor.