Antibióticos y antiinflamatorios son algunos de los medicamentos que llegan habitualmente a las depuradoras urbanas a través de las aguas residuales. Gran parte de estos fármacos no son eliminados en los tratamientos convencionales y acaban en los ríos. Un equipo de la Universidad Rey Juan Carlos ha probado con éxito un nuevo sistema basado en la actividad de un hongo que es capaz de degradar moléculas orgánicas complejas, como las de los contaminantes emergentes.
El cerebro de las hormigas infectadas por un tipo de hongo está tan manipulado por el parásito que estas salen de sus nidos en contra de su voluntad, trepan a un árbol y mueren tras haber mordido una planta. Hasta ahora no se entendía bien cómo este comportamiento era tan preciso, pero un nuevo estudio sugiere que las hormigas zombi, protagonistas de #Cienciaalobestia, se mueven a merced del reloj biológico del patógeno.
Los líquenes nacen de la simbiosis entre hongo y microalgas, pero algunos, como Lobarina scrobiculata,tienen otra peculiaridad: el hongo establece la simbiosis con una cianobacteria y por tanto necesita agua en estado líquido para activar la fotosíntesis. Según un nuevo estudio, esto hace que en lugares donde el agua escasea el liquen destine más recursos a reproducirse. El trabajo permite demostrar por primera vez la teoría de estrategias vitales en hongos.
Una enfermedad emergente conocida como afanomicosis provocada por el hongo patógeno Aphanomyces astaci, procedente de Norteamérica, es responsable de la disminución de cangrejos nativos de Europa. Debido a ello, muchos de ellos se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, una población de cangrejos autóctonos de Girona se ha mostrado resistente a la enfermedad, según demuestra un equipo de científicos del Real Jardín Botánico.
Investigadores españoles han detectado en un estudio con neonatos la alta prevalencia del hongo Pneumocystis y el riesgo que implica para la supervivencia de los recién nacidos prematuros al causar colapso alveolar. Gracias a este trabajo, se abren nuevas vías de investigación que pueden ayudar en el tratamiento e incluso diseñar estrategias preventivas.
¿Es posible confundir a un hongo para evitar que encuentre la raíz de la planta y prevenir la infección? Científicos de la Universidad de Córdoba han logrado manipular la estructura de una feromona para desactivar la infección del hongo, sin necesidad de eliminarlo como se hace en la actualidad con los fungicidas. El hallazgo, que podría aplicarse en cultivos del plátano, melón, tomate o garbanzo, abre la puerta a nuevos tratamientos antifúngicos más duraderos y respetuosos.
Las aves acuáticas podrían estar detrás de la dispersión del hongo que está diezmando las poblaciones de anfibios en todo el mundo. El papel de las aves acuáticas como vectores de la enfermedad es lo que han demostrado en los Andes bolivianos investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Puerto Rico.
Un artículo, publicado en la revista Current Biology, ofrece pistas sobre la evolución de la percepción sensorial de dos hongos, una información que podría ser clave para explicar el proceso mediante el cual dichos organismos cambian sus patrones de crecimiento y actúan como patógenos.
Científicos de la Universidad de Córdoba han descubierto la estrategia que emplea el hongo Fusarium oxysporum, que produce importantes daños en los cultivos del plátano y del tomate. El patógeno se disfraza con una molécula parecida a la de su hospedador para no ser detectado por el sistema inmune de las plantas que parasita e infecta. De este modo, el parásito aumenta la eficacia de sus ataques y se vuelve más agresivo.