La recuperación de los pacientes que han sufrido un ictus viene determinada por la genética, según un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) que ha sido publicado en la revista Cell Death and Differentiation del grupo Nature. Los investigadores han comprobado que dos variantes de una proteína sirven para determinar el pronóstico funcional tras una hemorragia intracerebral.
Investigadores del Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra, en Granada, han determinado la predisposición genética a desarrollar arteritis de células gigantes, un trastorno que puede provocar ceguera e incluso ictus. El estudio supone un avance en la mejora del diagnóstico y pronóstico de esta enfermedad autoinmune.
Para tratar los síntomas de la isquemia cerebral, un equipo internacional de investigadores con la participación de la Universidad Complutense de Madrid ha suministrado la proteína IL-1Ra a ratones. Los resultados han sido tan positivos que, en dos estudios clínicos, científicos de Manchester están administrando la terapia a pacientes que han sufrido un episodio cerebrovascular.
El mayor estudio de asociación genómica sobre el ictus isquémico desarrollado hasta ahora ha permitido descubrir un nuevo gen, llamadoTSPAN2, asociado a uno de los subtipos de este trastorno, que ocurre cuando se interrumpe la corriente sanguínea del cerebro por la obstrucción de una arteria o vaso sanguíneo. En el trabajo han participado científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y del Vall d'Hebron Institut de Recerca.
Un equipo de investigadoras ha desarrollado un péptido neuroprotector, derivado de la proteína Kidins220/ARMS, capaz de reducir la muerte neuronal por excitotoxicidad, un mecanismo patológico implicado en el ictus y las enfermedades neurodegenerativas. Los resultados se publican en Cell Death & Disease.
Un estudio liderado por expertos de la Universidad Pompeu Fabra aporta evidencia sobre cómo el cerebro puede seguir ejerciendo su función casi normal después de un accidente cerebrovascular en niños. Una posible explicación es que las regiones cerebrales del hemisferio cerebral no afectado podrían suplir las funciones de la contraparte dañada. Los resultados se acaban de publicar en The Journal of Neuroscience.
Comer chocolate ha gozado de mala fama debido a la alta cantidad de calorías que aporta. Era además uno de los primeros alimentos en eliminarse de las dietas para bajar de peso. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha analizado los datos de una encuesta a casi 21.000 adultos sobre la dieta y el estilo de vida, y concluye que los que consumen chocolate de forma habitual y en cantidades pequeñas (hasta 100 gramos al día) pueden padecer menos enfermedades cardiacas e ictus.
Un nuevo sistema de rehabilitación permite a los pacientes que han sufrido un ictus controlar un cuerpo virtual a través de sus propios movimientos, lo que aumenta la confianza y puede ser crucial en su recuperación. Después de la mejora del movimiento en la representación virtual, los pacientes comenzaron a utilizar su extremidad afectada con más frecuencia.
Un prototipo de exoesqueleto, que realiza una estimación de alta precisión de la postura en tiempo real y emplea la realidad virtual para recrear situaciones cotidianas, está siendo probado por 10 pacientes con lesión medular del Hospital de Parapléjicos de Toledo. La innovación ha sido desarrollada en el marco del proyecto europeo HYPER que cuenta con fondos de cinco millones de euros para desarrollos de realidad virtual y neurorrobótica que aceleren la rehabilitación de afectados por ictus y lesiones en la columna.
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores gallegos, galardonado con el Premio de Investigación 2014 de la Real Academia Galega de Ciencias, demuestra que las estrategias reparadoras basadas en terapia celular son una vía eficaz para la recuperación de las personas afectadas por un ictus.