Un medicamento utilizado de forma habitual para tratar los ataques epilépticos y la ansiedad parece ser un tratamiento eficaz para el síndrome de las piernas inquietas (SPI). Según el estudio, presentado en la 61ª reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología, el fármaco ayuda a las personas con este trastorno a dormir mejor por la noche. El SPI afecta a una de cada diez personas.