Los machos de muchas especies, incluida la humana, dedican gran parte de su tiempo a la crianza y este comportamiento se refleja en un descenso de sus niveles de hormonas sexuales como la testosterona, lo que favorece el vínculo entre padre e hijo. Pero hay excepciones. En los lémures de vientre rojo, protagonistas de #Cienciaalobestia, los niveles de andrógenos aumentan cuanto más se involucran en el cuidado de las crías.
Se enfrentan a temperaturas bajo cero, alimentan a reptiles que pueden alcanzar la media tonelada de peso y se ganan la confianza de especies huidizas. Los cuidadores de fauna salvaje dedican su día al bienestar de animales nacidos en cautividad, pero manteniendo las distancias. Sinc les acompaña en uno de los momentos en los que humano y animal más interactúan: la comida.