Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han demostrado experimentalmente por primera vez la teoría de la selección sexual basada en el juego piedra papel o tijera. El trabajo ayuda a entender cómo es posible que coexistan las diferencias genéticas en las especies y muestra que la selección sexual de las lagartijas de turbera depende de las hembras, que buscan maximizar la supervivencia de las crías el primer año.
Una investigación en la que ha participado el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC ha demostrado que la primera comida tras el nacimiento altera la vida de los individuos. Las lagartijas alimentadas en el laboratorio nada más nacer se dispersaron menos desde su lugar de origen que aquellas que se valieron por sí mismas, que tuvieron una mayor probabilidad de sobrevivir.
En la lagartija de turbera (Lacerta vivipara) no se cumple el principio general que se observa en muchas especies de aves y peces, en los que la coloración depende de la cantidad de carotenoides que obtienen con la dieta. Una tesis doctoral realizada por Luis M. San José, herpetólogo en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) que ha dedicado los últimos cuatro años a descifrar el papel que juegan los carotenoides en la coloración de la lagartija de turbera, cuestiona que la expresión del color pueda generalizarse a los reptiles.