La leguminosa Astragalus edulis, presente en el sur de la península ibérica, Canarias y Marruecos, está en peligro de extinción. Aunque es comestible y tiene cierto parecido con el garbanzo, no se cultiva, y solo se encuentra de forma silvestre. Ahora, una investigación ha descubierto su historia evolutiva, lo que puede servir para establecer los mejores lugares para la conservación de esta planta.
Las leguminosas son una fuente de proteína de calidad para la alimentación humana y animal, así como un elemento clave para la agricultura sostenible dado que no necesitan el uso de abonos nitrogenados. En Europa, históricamente es un cultivo poco extendido y la dependencia del exterior es excesiva. Por ello, la Unión Europea ha tratado de fomentar su producción entre los agricultores a través de diversas ayudas, de modo que la superficie cultivada ha crecido notablemente en los últimos años.