Alrededor de 200 genes tienen que ver con el rendimiento deportivo. De ellos, el ACTN3 está relacionado con la fuerza y éste se puede expresar de tres formas: dos positivas (RR y RX) y una desfavorable (XX). Un estudio multicéntrico en el que ha participado el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) ha probado que los deportistas en los que el gen se manifiesta en la forma XX, además de presentar valores de fuerza menos claros, son más propensos a sufrir daño muscular al realizar ejercicio excéntrico.