La complementariedad entre coníferas (pinos silvestres) y frondosas (hayas) en el uso de los recursos disponibles, como el agua, puede aumentar el crecimiento de los bosques mixtos, formados por ambas especies, comparados con los bosques puros, aquellos integrados por una sola. Sin embargo, la escasez de lluvias reduciría esta ventaja en aquellas especies que, como el pino silvestre, no toleran la sombra, ya que el aumento de la competencia por el agua no les permitiría aprovechar la menor disputa por la luz.
La Sierra Minera de Cartagena-La Unión (Murcia), inoperativa desde 1990, presenta niveles elevados de toxicidad fruto de los elementos potencialmente tóxicos contenidos en sus residuos. Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid revela concentraciones de arsénico, cadmio y plomo en muestras de suelos y agua que son perjudiciales para la salud humana.
El agua de lluvia que cayó en algunos pueblos de Zamora el otoño pasado trajo un extraño pasajero: una microalga verde que se torna rojiza ante situaciones de estrés. Cuando se depositó sobre los pilones y abrevaderos, las aguas no tardaron en teñirse de rojo. Investigadores de la Universidad de Salamanca han aclarado este fenómeno, aunque no el misterioso origen de las pequeñas algas, que también utilizan la industria farmacéutica, alimentaria e incluso automovilística.
Investigadores de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC de Zaragoza han comprobado que la frecuencia de las precipitaciones de gran intensidad está disminuyendo en la cuenca del Ebro desde 1955.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) junto con la Universidad de California en Santa Bárbara sugiere que la emisión de CO2 por parte del suelo debido a la lluvia tras un periodo prolongado de sequía se debe principalmente a fenómenos físicos y no metabólicos.
Los tejados lisos e inclinados pueden captar hasta un 50% más agua de lluvia y de mejor calidad que los planos con grava. Son las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en el que proponen incorporar sistemas de captación de aguas pluviales al planeamiento urbanístico. Este recurso se podría aprovechar para regar calles y jardines, lavar suelos o vehículos y rellenar las cisternas.
Desde que los sistemas de detección de rayos se desarrollaran en la década de los 80, se viene investigando sobre la posibilidad de estimar la precipitación producida por una tormenta en función de los rayos generados en la misma. Si esto fuera posible, bastaría con conocer la distribución de rayos en una cuenca para estimar la cantidad de precipitación que esa recibe. Joseba Areitio, licenciado en Ciencias Físicas por la UPV/EHU, ha realizado su aportación a esta línea de investigación recopilando datos del País Vasco.