A pesar de los avances producidos en las últimas décadas en la lucha contra los incendios –entre 2005 y 2014 ardió un 58% menos que hace dos décadas–, los bosques se enfrentan a incendios mucho más destructivos: cada gran incendio forestal quema un 20% más de hectáreas que en la década anterior. Así lo revela el informe Bosques listos para arder presentado ayer por la organización ecologista WWF.
Ingenieros de Montes de la Escuela Politécnica de Mieres (Asturias) han estudiado la influencia de las diez especies más comunes de los montes de Asturias y Galicia a la hora de mitigar el cambio climático, con modelos matemáticos para cuantificar cuánto dióxido de carbono absorbe una masa forestal.