Tras el dicho popular ‘dormir con un ojo abierto’ hay una explicación científica. Un equipo de investigadores en Estados Unidos ha descubierto que la primera noche que pasamos en otra cama un hemisferio del cerebro se mantiene más despierto durante el sueño. Por razones aún desconocidas, la parte vigilante siempre es la izquierda.
El consumo de cocaína produce en el cerebro cambios estructurales, reduciendo el volumen de determinadas regiones, y también funcionales, afectando a los procesos cognitivos y motivacionales, unos cambios que favorecen la adicción. Profundizar en el conocimiento de cómo se producen estos cambios y los efectos que tienen en el cerebro es el objetivo del proyecto dirigido en el marco de financiación del Plan Nacional sobre Drogas.
Un estudio realizado con soñadores conscientes, que pueden controlar sus propios sueños, muestra que las zonas del cerebro relacionadas con planear y ordenar acciones se activan igual mientras duermen que durante la vigilia. Los autores creen que en el futuro, la habilidad de estas personas, combinada con la neuroimagen y los patrones de la actividad cerebral, permitirá predecir el contenido de los sueños.
El estudio desarrollado por el grupo de investigación de la universidad pública de Castellón, en el que también han participado dos profesores de la Universitat Pompeu Fabra, ha puesto de manifiesto que las personas bilingües utilizan el lóbulo frontal inferior izquierdo, el área de Broca, para responder estímulos donde se realizan funciones ejecutivas (como ordenar formas por color o forma), mientras que las personas monolingües utilizan la parte derecha para responder los mismos estímulos.
Karalyn Patterson es una reconocida científica de la MRC Cognition and Brain Sciences Unit, de la Universidad de Cambridge (EE UU), famosa por haber creado un test que lleva su nombre para detectar patologías cerebrales relacionadas con pérdida de memoria. La experta británica ha visitado el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), en Salamanca, para explicar los fundamentos de esta prueba diagnóstica que sirve, además, para conocer el papel de las zonas del cerebro implicadas en la memoria y el lenguaje.
A partir de técnicas de comportamiento y neuroimagen, investigadores de la Universidad College de Londres han rastreado cómo surge el conocimiento conceptual en el cerebro humano y cómo éste guía la toma de decisiones. El estudio, publicado en el último número de la revista Neuron, analiza cómo nuestro cerebro sintetiza conceptos que nos permiten organizar y comprender el mundo.
El diagnóstico precoz de las demencias y enfermedades neurodegnerativas como el Alzheimer podría mejorar con la aplicación de técnicas de imagen como la tomografía por emisión de positrones (o PET, del inglés Positron Emission Tomography), que consiste en obtener imágenes fisiológicas basadas en la detección de radiación por positrones, unas pequeñas partículas emitidas por una sustancia radiactiva que se le administra al paciente.
Los pacientes de Parkinson, además de tener problemas de movimiento, manifiestan dificultades con algunas palabras. Y ello puede traducirse en nuevas terapias para enfermedades que afectan al movimiento. Para llegar a esta conclusión, los investigadores del Grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Oviedo han utilizado, entre otras técnicas, la estimulación magnética transcraneal, una forma novedosa de exploración del cerebro.