Lenguaje y movimiento: dos funciones, un área cerebral

Los pacientes de Parkinson, además de tener problemas de movimiento, manifiestan dificultades con algunas palabras. Y ello puede traducirse en nuevas terapias para enfermedades que afectan al movimiento. Para llegar a esta conclusión, los investigadores del Grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Oviedo han utilizado, entre otras técnicas, la estimulación magnética transcraneal, una forma novedosa de exploración del cerebro.

Javier Rodríguez Ferreiro
Javier Rodríguez Ferreiro, en su despacho de la Universidad de Oviedo. Foto: B. Laspra

"Al leer una palabra como ‘correr’ se activan en nuestro cerebro las mismas áreas o redes neuronales que se ponen en funcionamiento cuando corremos o vemos a alguien haciéndolo”, afirma Javier Rodríguez Ferreiro. Esta idea ilustra una de las conclusiones de este estudio, que también ha permitido observar que los pacientes con Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) u otras enfermedades que afectan al movimiento presentan problemas lingüísticos con las formas verbales, resume Javier Rodríguez. Siendo así, sería posible desarrollar terapias lingüísticas como las que existen para ayudar a las personas con Alzheimer o con afasia (lesiones neurológicas que afectan al lenguaje), añade este investigador.

Un imán terapéutico
Una novedosa forma de estudiar la actividad mental es la estimulación magnética transcraneal, una técnica que, a través de campos magnéticos, crea ‘interferencias’ en el cerebro y tiene efectos directos sobre las funciones cerebrales. Por ejemplo, el uso de bajas frecuencias puede limitar la capacidad lingüística: si se coloca el imán sobre el área cerebral ligada al lenguaje (área de Broca), dificulta la creación de oraciones complejas.

Por el contrario, las frecuencias altas activan el área y permiten hablar más fácilmente. En cualquier caso, el cerebro vuelve a la normalidad al desconectar el imán. Según Rodríguez Ferreiro, esta técnica no es peligrosa, y su uso terapéutico produce mejoría en pacientes depresivos, o con enfermedades neuro-degenerativas como el Parkinson gracias a que regula la producción de los neurotransmisores que son importantes para que el cerebro controle los movimientos del cuerpo.

Oxígeno en la cabeza
Otro de los métodos que ha utilizado Rodríguez Ferreiro para observar la actividad del cerebro es la resonancia magnética funcional. Esta técnica, que se utiliza frecuentemente en hospitales, permite obtener imágenes precisas del organismo. Rodríguez Ferreiro explica cómo: “pedimos a un paciente que lleve a cabo una tarea, por ejemplo le hacemos leer.El resultado es que el área del cerebro que está utilizando se activa y consume más oxígeno. Y lo que permite la resonancia es ver en tiempo real dónde se está consumiendo ese oxígeno y por tanto dónde hay más actividad cerebral”.

Para acceder a estas tecnologías, Javier Rodríguez ha viajado a la Universidad de York y al University College London, respectivamente, en el marco de las ayudas a la movilidad de investigadores de la Consejería de Educación y Ciencia del Principado.

Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de este investigador, que dirige Fernando Cuetos, responsable del Grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Oviedo. Entre otras líneas de investigación, este grupo aborda cuestiones sobre el lenguaje y la memoria en relación con enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o la dislexia infantil. Estos temas se han tratado en el curso de verano "Cerebro, lenguaje y memoria" que ha tenido lugar recientemente en la Universidad de Oviedo.

El conocimiento del significado de las palabras que asociamos a los objetos se procesa en los mismos lugares del cerebro que utilizamos cuando nos relacionamos con esos objetos”. Así explica Rodríguez Ferreiro la hipótesis sensorio-motora, en la que se basa su trabajo.

Más información:

- D. Bennett, “Don’t just stand there, think”, The Boston Globe, marzo 2008

- Monográfico de la revista científica Journal of Physiology-Paris dedicado a la relación entre lenguaje y movimiento en el cerebro, en el que pueden consultarse varios artículos científicos sobre el tema: T, Nazir. (ED), “Links and Interactions Between Language and Motor Systems in the Brain”, Journal of Physiology-Paris 102: 1-153, enero-mayo 2008.

Fuente: FICYT / SINC
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