Investigadores españoles han liderado un estudio que clarifica, por primera vez, las interconexiones mutuas existentes entre estrés, sistema nervioso, obesidad y dietas sanas o con alto contenido en grasa. Los resultados se publican hoy en la revista Cell Metabolism.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California revela que la falta de sueño causa cambios en el cerebro que están asociados con un mayor deseo por alimentos ricos en calorías. Los hallazgos proporcionan nuevas evidencias epidemiológicas que confirman la relación entre los trastornos del sueño y la obesidad.
Un estudio revela una relación directa entre el uso de antibióticos y la actividad metabólica de las bacterias intestinales con el desarrollo de la obesidad y la diabetes.Los enzimotipos intestinales, posibles dianas terapéuticas.
Un estudio desvela por primera vez un vínculo entre los telómeros que se acortan con el envejecimiento y la obesidad. El trabajo, publicado hoy en Cell Reports, señala a RAP1 como un gen clave en esta enfermedad.
La FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, también tiene un efecto cardioprotector en ratones de laboratorio. Así concluye una nueva investigación, publicada en la edición digital de Nature Communications, que ha sido liderada por Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona.
Un estudio publicado recientemente en la revista Diabetología revela que por cada 336 ml diarios de refresco azucarado, aproximadamente una lata, aumenta hasta un 22% el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Este porcentaje desciende ligeramente, hasta un 18%, si se tienen en cuenta el resto de calorías ingeridas y el índice de masa corporal.
Científicos españoles han descubierto que la inflamación del tejido adiposo aumenta la muerte celular por apoptosis, favoreciendo el desarrollo de enfermedades metabólicas. Es más, el incremento de peso eleva el riesgo de inflamación de este tejido, por lo que multiplica las posibilidades de sufrir patologías asociadas a la obesidad, como la diabetes.
Científicos españoles han demostrado que la hormona FNDC5/IRISINA, una proteína secretada por el músculo que transforma la grasa blanca en parda, es también segregada por el tejido adiposo blanco. La grasa blanca sería la responsable de los niveles elevados de irisina en casos de obesidad, en los que podría existir una resistencia a esta proteína.
Muchas mujeres mantienen el mismo ritmo durante el embarazo hasta casi dar a luz. Sin embargo, investigadores españoles alertan de la relación entre el estrés de la madre durante esta etapa con la obesidad del bebé en la vida adulta.
El nivel de estudios de los progenitores influye en la frecuencia con la que sus hijos toman alimentos relacionados con la obesidad. Los niños de padres con bajo y medio nivel educativo comen menos verduras, frutas y más productos procesados y bebidas azucaradas.