Ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid y otros centros de investigación han detectado una disminución en los niveles de dióxido de nitrógeno en Madrid durante los últimos años, a la vez que un incremento significativo de oxidantes como el ozono y los radicales hidroxilo y nitrato. Este inesperado aumento de la capacidad oxidativa de la atmósfera urbana puede tener consecuencias, tanto negativas como positivas, en la calidad del aire y la salud ambiental de la ciudad, por lo que conviene investigarlo.