Investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y del Hospital Universitario Donostia estudian personas con mutaciones genéticas asociadas con la enfermedad de Parkinson (EP), junto con otros 32 centros de investigación clínica que trabajan en la Parkinson’s Progression Markers Initiative (PPMI), un estudio de biomarcadores a gran escala patrocinado por la Michael J. Fox Foundation para la Investigación del Parkinson.
El bioquímico español Álvaro Inglés (Cáceres, 1984) trabaja en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria ideando nuevas armas contra el alzhéimer y el párkinson. Ha diseñado unas proteínas artificiales llamadas 'quimeras'. Su apuesta es inyectarlas en el cerebro, iluminarlas con luz y así activar la regeneración de las neuronas; ahora tiene que probarlas en ratones. El 19 de mayo recogió en Israel una de las becas de la fundación Dan David, dotada con 15.000 dólares, que se conceden a proyectos innovadores de alto riesgo.
Un equipo de la Universidad Johns Hopkins ha revelado qué proteínas resultan afectadas cuando un gen está mutado en la enfermedad de Parkinson. Esta alteración genética conlleva la producción desmesurada de proteínas dentro de la célula que acaban por provocar su muerte.
Un estudio internacional ha comprobado que la enfermedad de Parkinson puede ser provocado por una proteína presente en la especie humana. El hallazgo, probado en animales, abre la puerta a detener la progresión y extensión de este proceso neurodegenerativo.
El desarrollo de prótesis robóticas integradas puede devolver la movilidad a lesionados medulares o mejorar el control del párkinson, pero, si son llamativas, los pacientes no aceptan salir de casa con ellas. Los investigadores del Centro de Automática y Robótica del CSIC-UPM han trabajado con el hospital 12 de Octubre de Madrid para crear mangas que frenen los temblores y además sean discretas.
Este exoesqueleto textil, presentado en el hospital 12 de Octubre de Madrid, apenas es una discreta manga negra de fibra con electrodos implantados en el brazo que suprime los temblores del párkinson. / SINC
Análisis biocomputacionales desvelan la primera relación genética entre cáncer y patologías como el alzhéimer, el párkinson o la esquizofrenia. Los resultados muestran que casi un centenar de genes explicarían esta relación entre enfermedades a priori tan distintas.
Expertos de la Universidad de Sevilla, del Hospital Universitario Virgen del Rocío y del Instituto de Biomedicina de Sevilla han demostrado que presentar niveles de ácido úrico bajo, así como los factores genéticos asociados a estos niveles, está directamente relacionado con el riesgo de desarrollar enfermedades como el párkinson.
Steven Finkbeiner, director asociado del Instituto Gladstone de Enfermedades Neurológicas de EE UU, ha presentado estos días en el Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra los resultados de su trabajo experimental sobre el tratamiento de las principales enfermedades neurodegenerativas. Sus hallazgos podrían mejorar su abordaje terapéutico.
Investigadores del Centro de Automática y Robótica (UPM-CSIC) desarrollan neuroprótesis y sensores integrables en textiles que palían las convulsiones de los enfermos de párkinson y ayudan a la estimulación motora de personas con discapacidad.