Han seleccionado a esta especie como bioindicador para vigilar la acumulación de plásticos en el Atlántico norte. La investigación conjunta del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Azores indica el umbral a partir del que tomar medidas para controlar y mitigar la presencia de estos contaminantes en el medio marino.
Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.
La prohibición de descartes pesqueros impuesta por la Unión Europea podría aumentar a corto plazo la captura accidental de aves marinas amenazadas en el Mediterráneo por parte de los barcos palangreros. Así lo afirma un nuevo estudio que ha analizado la interacción entre las poblaciones de pardela cenicienta y la flota palangrera en Cataluña y Baleares. Según los científicos, es urgente adoptar medidas correctoras adecuadas a la flota de palangre antes de que la normativa se aplique para evitar que las aves se enganchen y mueran en los anzuelos.
Pardela cenicienta (Calonectris diomedea) a su paso por Gran Canaria.
Un trabajo dirigido por investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB) y publicado el año pasado en la revista Current Biology, muestra que las pardelas del mar Balear adaptan sus desplazamientos a la actividad pesquera durante la semana y salen a cazar los fines de semana. Los descartes son fáciles de obtener para los animales más jóvenes, inexpertos o con alguna tara, que de otro modo morirían por el efecto de la competencia por los recursos.