La amenaza de una deformación grave desencadena un reflejo de escape rápido que permite que las células se alejen y salgan de espacios reducidos o tejidos abarrotados. Esta reacción se activa en menos de un minuto y se invierte cuando las células han escapado del entorno lleno. El hallazgo podría tener implicaciones en procesos como el cáncer y la homeostasis de tejidos.