Investigadores de la Universidad de Oviedo han analizado por primera vez un fragmento de ADN de piensos comerciales para cíclidos de acuario, salmones de acuicultura y peces marinos de acuario. Los resultados demuestran que para fabricar este alimento se han empleado ocho especies diferentes de peces marinos de altos niveles tróficos, en parte procedentes directamente de pesquerías extractivas.