Investigadores británicos y alemanes han demostrado por primera vez en el laboratorio la sensibilidad magnética de una proteína de los ojos de las aves migratorias que, al desencadenar efectos cuánticos, podría ayudarlas a orientarse utilizando el campo magnético de la Tierra.
Un estudio publicado en la revista Ardeola muestra cómo los ejemplares de petirrojos europeos procedentes del centro y norte de Europa cada vez viajan menos a la península ibérica para pasar el invierno debido al calentamiento global.
Una investigación del CSIC relaciona el tamaño y la coloración de sus plumas con dichas características. Los machos de mayor edad poseen un plumaje más rojo y más extenso.