Durante la síntesis industrial del teflón, el popular antiadherente de las sartenes, se producen grandes cantidades de fluoroformo, un gas muy contaminante. Ahora, científicos del Instituto Catalán de Investigación Química, en Tarragona, han patentado un método para transformar este gas en productos orgánicos con átomos de flúor, los mismos que están en la estructura del famoso antidepresivo Prozac y varios antitumorales.
Un estudio muestra que es posible tratar la depresión de forma más rápida y efectiva que con los fármacos convencionales mediante oligonucleótidos inhibitorios dirigidos hacia un tipo específico de neuronas. Estos oligonucleótidos –moléculas formadas por una secuencia corta de ARN– bloquean la transcripción del transportador de serotonina, la diana terapéutica de otros antidepresivos.
El crecimiento y el envejecimiento de la población humana han disparado el consumo de medicamentos, y los animales sufren sus efectos. Estudios recientes prueban cómo los residuos de nuestra botica hacen estragos en la vida silvestre. Buitres deprimidos por antiinflamatorios y que mueren en cuestión de horas, estorninos consumidores de Prozac que dejan de comer, y peces feminizados por la píldora anticonceptiva son algunos ejemplos.