La colaboración científica internacional del Observatorio Pierre Auger, en Argentina, ha detectado que los rayos cósmicos de muy alta energía que llegan a la Tierra proceden de fuera de nuestra galaxia. El descubrimiento resuelve un misterio astronómico de hace más de medio siglo, pero no desvela las fuentes que originan estas energéticas partículas.
Se acaba de renovar el acuerdo internacional para que el Observatorio Pierre Auger de rayos cósmicos, en Argentina, pueda seguir operando y perfeccionándose hasta 2025. Se van a mejorar sus más de 1.600 detectores de superficie y la electrónica, con lo que se espera doblar los datos e incrementar la calidad, según han comunicado este lunes sus responsables. Las universidades de Santiago de Compostela, Complutense de Madrid y Granada son las instituciones científicas españolas en este proyecto.
El gran experimento de física de partículas de la Estación Espacial Internacional, llamado AMS o espectrómetro magnético alfa, lleva cuatro años recogiendo datos sobre los rayos cósmicos. Algunos de sus resultados más sorprendentes, como observaciones inesperadas sobre el flujo de helio y protones, un exceso de antiprotones o avances sobre la materia oscura, se presentan a partir de hoy en el CERN. En el encuentro internacional participan investigadores del CIEMAT, que lidera la participación española en AMS.
El equipo de IceCube, un detector de partículas enterrado en el hielo de la Antártida, anuncia esta semana en Science el registro de 28 partículas de muy alta energía. La observación constituye la primera evidencia de neutrinos procedentes de lejanos aceleradores cósmicos, más allá de los confines de nuestro sistema solar. La era de la astronomía de neutrinos acaba de comenzar.
El transbordador espacial Endeavour despegará con retraso desde Cabo Cañaveral, en Florida (EE UU), tras anunciar la NASA que se suspende el lanzamiento previsto para el 29 de abril por problemas técnicos y que se pospone hasta no antes del 10 de mayo. Se trata de la última misión del transbordador, que en esta ocasión transporta hasta la Estación Espacial Internacional un experimento con tecnología española: el Espectrómetro Magnético Alpha (AMS-2), el mayor proyecto de investigación con rayos cósmicos en la historia de la ciencia.
Imagen de parte del remanente del estallido de una estrella, registrado el año 185 antes de Cristo. Gracias al estudio de este remanente, el equipo de científicos pudo resolver el misterio de los súperaceleradores de la Vía Láctea.
El Grupo de Astropartículas, Plasmas Espaciales Y Física de Altas Energías (SPAS) de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) forma parte del Observatorio Pierre Auger, el detector de rayos cósmicos más grande del mundo, que acaba de ser inaugurado en Argentina.