Investigadores de las Universidades de Huelva y Cádiz y el Hospital Puerta del Mar han probado in vivo el efecto conjunto de la cafína y el azúcar de los refrescos para analizar las consecuencias de su ingesta en el organismo. El consumo de una única lata de 330 mililitros produce cambios en el metabolismo de algunos lípidos como los ácidos biliares.