En el sur de Argentina, científicos hallaron un fósil de 165 millones de años que arroja luz sobre la evolución de las ranas y los sapos. Tras analizarlo en detalle, han valorado que se trata de un espécimen único en el mundo.
El cuerpo blando de los renacuajos rara vez se preserva, por eso es difícil encontrar fósiles del anfibio en este estado de desarrollo. El análisis de unos restos hallados en Cuenca desvela el proceso de fosilización y que este ejemplar murió de forma violenta.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado la evolución de las formas reproductivas de los anfibios y el paso de la puesta de huevos del medio acuático al terrestre. El trabajo, publicado en la revista Evolution, demuestra que la conquista del medio terrestre llevó asociado un aumento en el tamaño de los huevos, así como una reducción del tamaño de los adultos y del número de huevos por puesta.