Uno de los mayores desechos agrícolas del mundo, los residuos del maíz, se podrían utilizar para producir diminutos cristales de celulosa, un material más resistente que el acero. La técnica para realizar esta transformación la ha desarrollado una investigadora de la Universidad de Córdoba, junto a científicos de Francia y EE UU.
El proyecto CORNET Sonopulp, en el que el Instituto Tecnológico de Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) trabaja en colaboración con seis centros de I+D europeos, desarrolla y mejora los procesos basados en ultrasonidos de alta potencia para aplicarlos en la fabricación de pasta de papel a partir de materias primas celulósicas procedentes de cultivos anuales y residuos agrícolas. Con el tratamiento de estas materias primas se obtiene pulpa de papel y otros subproductos con el mínimo impacto ambiental, con propiedades mejoradas y con potencial de escalado industrial en un futuro no muy lejano.
La eliminación de los residuos agrícolas puede convertir las tierras no labradas en fuentes en lugar de en sumideros de carbono atmosférico.