Desde hace unos años, las excavaciones que se están efectuando en las Coves del Toll (Toll y Teixoneres) de Moià (Barcelona) no dejan de proporcionar noticias. Si el año pasado la sorpresa fue el hallazgo del diente de un niño neandertal de hace unos 50.000 años de antigüedad, este mes el equipo que trabaja en dicho yacimiento ha recuperado, junto con más restos de dicho niño, otro diente, pero en este caso de un adulto de avanzada edad.
Científicos del centro mixto de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-ISCIII), la Universidad de Burgos y el Museo de Historia Natural de París han hallado once restos humanos de un individuo de unos diez años de edad en la cueva de la Zarzamora (Segovia). Estos restos están datados en el periodo del Calcolítico (Edad del Cobre), del que se disponen muy pocos vestigios en la región central de la península ibérica.
Investigadores del Laboratorio de Antropología Forense de la Universidad de Granada han creado un sistema, basado en el estudio de las costillas y el pubis, que será de gran utilidad para la identificación de personas en conflictos armados. Este trabajo, pionero en todo el mundo, ha supuesto el estudio de una de las muestras forenses más grandes nunca antes analizadas.
Un equipo de científicos forenses de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha estudiado los restos humanos hallados en un antiguo enterramiento danés de la Edad del Hierro, y ha descubierto en él a un hombre aparentemente de origen árabe. Los hallazgos sugieren que hace 2.000 años los humanos presentaban una diversidad genética análoga a la actual, lo que indica una mayor movilidad entre las poblaciones de esta época de lo que se pensaba hasta ahora. El trabajo de los investigadores, que tacha de "falacia" el concepto de un genotipo escandinavo único, se recoge en dos artículos publicados en el American Journal of Physical Anthropology y en la revista PLoS One.