La evidencia científica apunta a que la contaminación atmosférica no solo afecta al corazón y los pulmones. También se vincula con alteraciones en el metabolismo que incrementan el riesgo de diabetes, obesidad y síndrome metabólico.
Un grupo de investigadores españoles ha descubierto biomarcadores tempranos en sangre para identificar los riesgos de salud asociados al fenotipo conocido como obesidad normopeso. Este síndrome va asociado a la ingesta de dietas desequilibradas, ricas en grasas o con exceso de azúcares sencillos y a un descenso en la actividad física, y constituye un serio problema de salud pública.