Las célebres Ánimas del escultor, pintor y arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), dos cabezas marmóreas que suponen unas de sus obras más importantes de juventud, no representan las personificaciones del alma cristiana gozando de los placeres del paraíso o atormentada por la condena al infierno, como se creía hasta ahora, sino que en realidad son una ninfa y un sátiro.