Lepeichnus giberti es el nombre de la nueva traza fósil del Mioceno superior, muy compleja y excepcionalmente conservada, que se ha descubierto en el municipio de Lepe (Huelva). El carácter excepcional de L. giberti se debe a que, por primera vez, se ha encontrado el registro fósil de cada una de las etapas de desarrollo de una traza fósil, desde su origen hasta su estadio final.
En el fondo del lago Suigetsu (Japón) hay restos de plantas que estuvieron en la orilla en los últimos 52.800 años. Un equipo científico ha extraído muestras para medir sus niveles de radiocarbono o C-14. Sus datos harán la datación paleontológica más precisa, lo que permitirá especificar aún más el momento de la extinción de los neandertales y la dispersión de los humanos modernos en Europa.
Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) son unos compuestos orgánicos que pueden ser muy contaminantes. Se encuentran, entre otros, en tierras ocupadas por industrias metalúrgicas o farmacéuticas y en aguas manchadas por el fuel de los barcos. El químico Dani Zuazagoitia ha propuesto unas técnicas sencillas para analizar el impacto de los PAHs en diversos medios, basándose en la microextracción en fase sólida sobre el espacio de cabeza (HS-SPME).
Una tesis doctoral cuantifica qué porcentaje de larvas de erizo de mar sufre un crecimiento anormal en los estuarios tras su exposición a diferentes sedimentos, lo que supone una medida complementaria para obtener una evaluación integrada de la contaminación. El trabajo, presentado en la UPV/EHU demuestra que la embriogénesis de esta especie es un útil indicador toxicológico.
Un estudio realizado por investigadores de AZTI-Tecnalia demuestra que existe un riesgo de clasificación errónea de las masas de agua, si en la evaluación del Estado Químico únicamente se incluyen las aguas. Según los científicos, la evaluación de la calidad de las aguas superficiales sería más precisa si integrara datos de aguas y sedimentos. Además evitaría el aumento "innecesario" de los costes de recuperación de la zona de estudio que no es proporcionada a la mejoría ecológica que se puede obtener.
Incubación de muestras de sedimento en un lago de bosque boreal.
El Aptiense Inferior (hace unos 120 millones de años) fue una edad de intensa actividad volcánica en la Tierra. Las erupciones volcánicas emitieron grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, revolucionando así el ciclo del carbono. En consecuencia, se produjeron grandes cambios en todo el sistema terrestre. La investigadora María Isabel Millán ha estudiado cómo se dieron esos cambios en el ambiente marino de Aralar (que por aquel entonces era mar), y se ha encontrado con más de una sorpresa. Ha dado a conocer sus conclusiones en una tesis doctoral presentada en la UPV/EHU.