En los últimos años el área boscosa europea destinada a la silvicultura ha aumentado un 49 %, a la vez que se ha elevado un 69 % su pérdida o aprovechamiento de biomasa, según los datos recogidos por Landsat. Este incremento puede alterar la capacidad de absorción de carbono en la UE y sus planes para combatir la crisis climática.
Inspirada por el carácter pujante de la energía de biomasa, la ingeniera Sandra Sánchez García estudia la potencialidad del uso de biomasa en Asturias con una perspectiva orientada a planificar de forma integral el aprovechamiento de esta energía limpia, lo que la ha llevado a centros de investigación suecos en tres ocasiones. “Me motiva pensar que estoy invirtiendo tiempo en sentar la base para que un recurso disponible a nuestro alrededor se utilice de forma óptima para producir energía limpia”, aclara al inicio de esta entrevista.
Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid asegura que los olmos han desarrollado una estrategia que consiste en que producen frutos sin semilla que ayudan a engañar a la fauna. Este sistema resulta energéticamente rentable para los árboles y aumenta la probabilidad de que más semillas viables escapen de los granívoros.
Un grupo de investigación de la Universidad de Alcalá coordina un proyecto pionero de depuración de agua residual para el riego de especies que pueden producir biodiésel, así como para la recarga de acuíferos mediante barreras reactivas.
Neiker-Tecnalia (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario) trabaja en el desarrollo de nuevas herramientas biotecnológicas para producir in vitroindividuos seleccionados del género Pinus. Científicos de este centro tecnológico han desarrollado diversas técnicas de propagación de Pinus radiata, Pinus pinea, Pinus pinaster y Pinus sylvestris mediante cultivo de tejidos.