Un grupo de investigación de la Universidad de Alcalá coordina un proyecto pionero de depuración de agua residual para el riego de especies que pueden producir biodiésel, así como para la recarga de acuíferos mediante barreras reactivas.
El agua residual tratada se vierte al medio natural –a los ríos– sin darle un nuevo uso. Racionalizar un recurso que no se aprovecha es el principal objetivo del proyecto 'Reutilización de aguas depuradas para usos ambientales: recarga de acuíferos mediante barreras reactivas y silvicultura con fines energéticos' (Reaguam), que coordina un grupo de la Universidad de Alcalá del que forman parte geólogos, biólogos, químicos y ambientólogos y en el que también participan la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (CENTA) y el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados sobre Agua (IMDEA Agua).
El valor añadido de este proyecto es que el agua residual urbana, una vez depurada y regenerada mediante procesos físico-químicos y biológicos, se utiliza para regar Jatropha curcas, una planta tropical cuyas semillas, parecidas a la aceituna, contienen una aceite no comestible que se pude transformar en biodiésel, “en el que existe un gran interés actualmente, sobre todo por parte de las compañías aéreas, que buscan combustibles alternativos al petróleo para reducir las emisiones de CO2 y cumplir con la estrategia Transporte 2050”, explica Irene de Bustamente, profesora del departamento de Geología de la UAH y coordinadora del proyecto.
Ya se han plantado Jatropha curcas en una parcela de 6.000 metros cuadrados de la planta experimental de CENTA en el municipio sevillano de Carrión de los Céspedes. Se espera tener la primera producción del fruto en otoño y, a partir de ahí, cuantificar la producción de biomasa y aceite por hectárea. Otro beneficio que se puede obtener de esta plantación es su efecto como filtro verde, como sistema regenerador de la calidad del agua ya que “siempre que se riega hay un retorno de agua a acuíferos, por lo que es muy importante que el agua incorporada tenga la calidad suficiente para perturbar lo menos posible ese medio natural”, añade De Bustamante.
Otra línea de investigación de Reaguam, proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es la recarga de acuíferos mediante barreras reactivas. Para conseguir que el agua residual retorne al medio físico regenerada, estos investigadores plantean establecer barreras reactivas en las balsas de recarga de los acuíferos, de forma que el agua, al filtrarse, interacciona con la barrera artificial “haciendo in situ, en lugar de en la planta de depuración, el proceso de regeneración del agua. Ahora estamos en fase de laboratorio, después del verano esperamos empezar los experimentos en campo”, indica el experto.