Chile y Perú son dos de los países con más actividad sísmica del mundo. Desde tiempos remotos, sus habitantes enfrentan esta amenaza para las edificaciones. Sorprendentemente, las contribuciones del antiguo conocimiento prehispánico podrían haber supuesto que algunas construcciones hayan resistido los siglos y los sismos. Por ello, podrían servir de inspiración en nuevas estructuras sismorresistentes.