Un equipo internacional de científicos, liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid, ha logrado simular a nivel atómico la reacción fotoquímica más frecuente en el ADN: la formación de dímeros de timina, que se generan por los efectos de la radiación ultravioleta. Los resultados revelan cómo la propia estructura de doble hélice protege la integridad del código genético frente a esos dímeros, además de destacar el papel que desempeña el entorno biológico en la fotoestabilidad del ADN.
Las mutaciones sesgadas pueden favorecer la estabilidad de las proteínas en pequeñas poblaciones bacterianas. Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC) y de la Universidad de Darmstadt han creado un modelo teórico que puede explicar la peculiar distribución del contenido de los nucleótidos A,T,G y C en los genomas bacterianos.