Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social y de la Universidad de Granada han definido un nuevo género y especie de roedor, el Manchenomys orcensis, que vivió hace entre 1,4 y 1 millón de años. Los resultados apuntan a que se trata de un roedor endémico del sur peninsular.
El temor a ser devorado puede impulsar ciertas reacciones, como la de esconderse, por ejemplo. Pero en el caso del topillo rojo, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia, el miedo les hace reproducirse más y tener más crías, sobre todo si creen que esta puede ser su última camada.
Una nueva herramienta de captura y recaptura espacial permite caracterizar y monitorizar con precisión poblaciones de pequeños mamíferos, como las de topillo campesino. El nuevo estudio aporta con este método datos ecológicos importantes, pero también a nivel de gestión, ya que estos animales generan grandes problemas agrícolas y de salud pública en momentos de plaga.
La tularemia es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Francisella tularensis, que es transmitida por los roedores a los humanos. Científicos de la Universidad de Valladolid detallan en un nuevo estudio por qué las extremas fluctuaciones que se producen periódicamente en las poblaciones de topillos están relacionadas con la epidemiología de esta patología.
El uso del veneno reduce puntualmente la abundancia de topillos pero también la presencia de sus depredadores naturales, según un estudio en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Las crías de los cernícalos afectados pesan menos, lo que podría repercutir en su futura supervivencia.
Un equipo de científicos de varios centros españoles confirma el vínculo entre los brotes de tularemia en humanos y las plagas de topillo campesino en Castilla y León. Durante los últimos 18 años, los brotes de esta enfermedad infecciosa en personas y las epidemias de topillos han coincidido en el tiempo y en el espacio, siendo la comarca de Tierra de Campos en esta comunidad autónoma una de las regiones más afectadas.
Los agricultores de Castilla y León recordarán el año 2007 por los daños que causó la plaga de topillos. Según el patrón casi cíclico que han presentado las plagas de estos roedores en la región desde los años '80, se podría esperar una nueva plaga a partir de 2010-2011, una hipótesis que barajan investigadores como Juan José Luque en la Escuela de Ingenierías Agrarias del Campus de La Yutera de la Universidad de Valladolid, en Palencia. Este investigador, participa junto a otros expertos españoles del CSIC en el proyecto europeo Ecocycles, con grupos de trabajo de Noruega, Reino Unido y Francia.
La plaga de topillos que se produjo en Castilla y León entre 2006 y 2007 se intentó frenar con la liberación masiva de venenos.
El Programa Nacional de control de las plagas del topillo de campo, Microtus Arvalis (Pallas), y otros microtinos, aprobado mediante un Real Decreto del Consejo de Ministros del pasado 28 de marzo, se publica hoy en el Boletín Oficial del Estado con la asignación para 2008 de 5,5 millones de euros para las acciones de lucha, lo que supone 50% del coste total de las acciones previstas.