La mayoría de los vertidos de yodo-129 procedente de las centrales de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia) se dirigen al norte debido a la corriente costera noruega, pero una parte va hacia el sudoeste, al Atlántico Norte. Así lo refleja el seguimiento de este radioisótopo realizado por investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y la Universidad de Sevilla.
Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores en Sevilla han analizado el yodo-129 que hay en las algas y las aguas marinas situadas entre Noruega, Suecia y Dinamarca. Los resultados revelan que las concentraciones de este elemento radiactivo han aumentado por las descargas procedentes de las plantas de reprocesamiento nuclear de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia).