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Las herramientas paleolíticas encontradas en el yacimiento de Korolevo quedaron enterradas hace 1,42 millones de años, según la datación de sus sedimentos mediante métodos de física nuclear. El descubrimiento arroja luz sobre la llegada de los primeros humanos a Europa y el sentido este-oeste de su viaje.
La neurotecnología ha comenzado a ofrecer dispositivos médicos que benefician a nuestra sociedad, pero también ha surgido un problema con la privacidad de los datos neuronales que conviene regular. Uno de los padres de la iniciativa BRAIN, Rafael Yuste, ha hablado sobre ello en el Congreso, y después nos ha contado que este gran proyecto sobre el cerebro “va como un tiro”.
Con casi 8 metros de longitud y unos 2 metros de altura, la geoda de Pulpí (Almería) es el mayor hueco en una roca tapizado completamente de cristales. Sin embargo, en la mina mexicana de Naica (Chihuahua) se encuentran los de mayor tamaño, con hasta 11 metros de largo. La primera está abierta al público y los segundos, solo a especialistas. En los dos escenarios ocurrió un incidente un día de Año Nuevo.
La explosión estelar o supernova 1987A se observó hace más de 35 años, y desde entonces se dudaba qué objeto compacto habría generado. Ahora, gracias al telescopio espacial James Webb, se han identificado átomos de argón y azufre muy ionizados que solo se explican por la presencia de una estrella de neutrones, y no de un agujero negro como también se llegó a pensar.
En nuestro genoma y en el de otros animales mandibulados se conserva una secuencia genética derivada de primitivos retrovirus que resulta esencial para producir mielina, la capa que protege y hace más eficientes a las fibras nerviosas. Así lo revela un estudio de investigadores británicos, quienes recuerdan que sin mielinización no se habría producido la gran diversidad de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, con sus complejos cerebros.
Los movimientos de la órbita de esta luna de Saturno, registrados por la sonda Cassini, indican la presencia de un océano subsuperficial, contradiciendo las teorías de que su interior es completamente sólido. La que algunos llaman ‘estrella de la muerte’ se suma así a otros cuatro satélites con un océano global: Europa, Ganímedes, Titán y Encélado.
Los esfuerzos de la comunidad científica por aclarar los ahora llamados ‘fenómenos anómalos no identificados’ se suelen centrar en aspectos físicos, como la aceleración o maniobrabilidad de los objetos observados. Pero su avistamiento también provoca un efecto transformador y una forma benigna de interés obsesivo no patológico en las personas que los ven, según la encuesta que ha realizado a casi un centenar de ellas un investigador de la Universidad de Cádiz.
Al contrarío de lo que se podría pensar, estos pequeños animales no se dirigen directamente hacia el foco luminoso, sino que inclinan su dorso hacia él, lo que desvía y modifica de forma errática su trayectoria. Con luz natural, sin embargo, este mismo comportamiento les ayuda a mantener su posición correcta en el aire. Un equipo de biólogos lo ha investigado y grabado con cámaras de alta velocidad.
El microcuásar SS 433 emite un chorro de materia que se hace invisible durante unos 80 años luz, pero en ese punto alguna discontinuidad en el medio produce un choque que dispara sus electrones a altas energías, con potentes destellos. Los ha estudiado una astrofísica española y otros científicos de la colaboración internacional HESS, con datos del observatorio que operan en Namibia.
Con un radiotelescopio de Sudáfrica se ha identificado un sistema binario formado por una estrella pulsante y un misterioso objeto compacto, con unas 2,35 masas solares, lo que lo sitúa en la llamada ‘brecha de masas’ entre las estrellas de neutrones y los agujeros negros. Si fuera esto último, se tendría la codiciada pareja púlsar de radio-agujero negro, que permitiría nuevos test de la relatividad general de Einstein.